Rut 3; Efesios 5:21-33
Me gustas cuando callas porque estás como ausente…
Pablo Neruda
Es de todos conocido que Jesús nunca estuvo casado, fue célibe, pero si hubiera estado casado no hubiera tenido nada de malo, porque el matrimonio es una institución sagrada establecida por Dios. Aunque Jesús nunca se casó, es sin embargo, el ejemplo supremo de masculinidad. Si alguien puede ser un ejemplo para los hombres de cómo tratar a una mujer, ese es Jesús. ¡Jesús sería el esposo perfecto!
De hecho, Jesús es el esposo perfecto, su esposa es
Un texto preferido por los esposos es el de Efesios 5:22-24, porque a través de una lectura sesgada de él, se ha sometido muchas veces a las mujeres. En esos versículos Pablo dice: mujeres, sujétense a sus maridos. “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos…” (v. 22).[1] Este es el versículo favorito de los maridos. ¿Verdad que sí? Pero ¿qué significa esa palabra que se tradujo como “sujeción”? Sujeción aquí es entrega total, más aún, es sujeción mutua en Cristo; el versículo 21 así lo dice: “Someteos unos a otros…”. Ésta es una sujeción mutua y voluntaria que es nacida del amor, el amor como la base de todas las relaciones familiares y domésticas (cfr., Mc 10:44; Gal 5:13). Esposo ¿quieres ser el primero? Entonces tienes que ser siervo, siervo por amor a tu esposa, siervo por amor a tus hijos, “siervo por amor a Jesús” (2 Co 4:5).
Las feministas que han malinterpretado a San Pablo, dicen que él era un vulgar misógino. Pero Pablo continúa diciendo: “el marido es cabeza de la mujer”; como pastor he escuchado a más de un marido que le dice a su esposa, “como yo soy tu marido y soy tu cabeza, entonces aquí yo soy el que manda, aquí yo soy el que decide, el que ordena, el que piensa”. Pero Pablo añade: “así como Cristo es cabeza de
Pablo le dedica a la cuestión de las mujeres tan sólo 3 versículos, pero a la de los varones dedica 9 versículos. De hecho, Pablo explica el significado de lo que representa ser “cabeza”. El apóstol llama a amar a la mujer, como Cristo amó a
En el matrimonio cristiano y siguiendo el ejemplo de Cristo con su Iglesia, los varones debemos perseguir una masculinidad de donación, dejando la masculinidad de dominación. Cristo se dio, se entrego completamente por su Esposa, su Iglesia. Él no somete a golpes a su Iglesia, él no la maltrata ni le grita, no usa la violencia para sujetarla, porque ella es su Cuerpo. Pablo anuncia a los esposos de Éfeso, que ellos “deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos” (v. 28). “28bQuien ama a su mujer se ama a sí mismo; 29nadie aborrece a su propio cuerpo, más bien lo alimenta y cuida: así hace Cristo por
Todo lo que Pablo dice sobre las relaciones familiares es importantísimo, porque la familia cristiana es la “Iglesia doméstica”. ¿Cristo se encuentra presente en el centro de nuestras familias?
Pbro. Emmanuel Flores-Rojas,
INP “San Pablo"
01 de junio 2008
[1] Una lectura alterna que nos proporciona
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