domingo, 27 de julio de 2008

El Espíritu dice...

“EL ESPÍRITU DICE A LA IGLESIA”

Apocalipsis 1:4-8

Cada generación de creyentes debe estar atenta a la voz del Espíritu Santo si quiere permanecer fiel al Señor de la Iglesia.

Juan de Patmos, el autor de Apocalipsis escribe “en el Espíritu” a las 7 iglesias de la provincia de Asia. Las 7 iglesias a Apocalipsis representan a las Iglesia Universal, el número 7 es el número de la plenitud y la perfección. “Escribe en un libro –dice Jesucristo- lo que ves y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea” (Ap 1:11). Estas 7 iglesias están ubicadas en la parte occidental de lo que hoy es Turquía, en Asia Menor.

Juan quedó atrapado por el poder del Espíritu (1:10), y éste le lleva hasta el cielo mismo donde participa de un magno culto dominical (4:1-2). La orden de escribir a cada una de estas iglesias proviene de Jesucristo, el Señor de la Iglesia. El encabezado de cada carta es el mismo: “Escribe al ángel de la iglesia en…” (2:1, 8, 12, 18; 3:1, 7, 14). A continuación viene una descripción del remitente. Pero todas las cartas terminan con la frase: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.

¿Ese mismo Espíritu divino, qué nos dice hoy como Iglesia? Solamente quiero tomar hoy, el mensaje para la iglesia de Filadelfia (=amor fraternal). ¿Qué nos dice el Espíritu a nosotros, creyentes de Jesucristo, miembros de San Pablo?
1. Dios tiene el control
El mensaje a Filadelfía, “es un mensaje de consuelo y optimismo para los que responden fielmente al Espíritu Santo, aun cuando están enredados en las mil dificultades del apostolado” (Biblia Latinoamericana, p. 586). Nadie dijo que la obra del Señor sería fácil; por eso, Dios es veraz y tiene un mensaje de esperanza y seguridad para nuestra amada iglesia. El Señor se presenta como el Santo, pero también como el Verdadero, como aquel que siempre cumple su palabra, que lleva a feliz término sus promesas. A veces podemos sentirnos desconcertados porque no entendemos lo que está pasando, pero detrás de todo, Dios tiene un propósito que está llevando a cabo ahora mismo. El Señor tiene la llave de David, símbolo de la autoridad como Mesías. “Cristo tiene el poder absoluto sobre la ‘casa de David’, o sea, sobre su pueblo”. El prepara un apostolado fecundo a los que supieron perseverar en los tiempos difíciles en que no se veían los frutos de sus labores” (Ibid). Cfr. Isaías 22:22.

2. Dios nos abrirá puertas
“Él abrirá y nadie cerrará…” dice el profeta Isaías. Dios nos dice que ha abierto ante nosotros una puerta que nadie puede cerrar. Tenemos una puerta abierta en el Señor (2 Co 2:12), por eso, podemos descansar en él; Jesucristo nos ha preparado una rica oportunidad de desarrollo que a su debido tiempo vendrá sobre nuestra iglesia. Así como el Señor conoce nuestras obras y nuestra conducta, también conoce nuestras fuerzas. En estos momentos podemos sentirnos débiles, con poca fuerza, pero Dios nos inspira confianza para seguir adelante. ¿Qué demanda el Señor de nosotros?

3. Dios nos llama a la fidelidad
Jesucristo le dice a su iglesia: “Has guardado mis palabras, que ponen a prueba la constancia, pues yo te protegeré en la hora de la prueba…” (3:10, BL). La Biblia de Jerusalén dice: “Ya que has guardado mi recomendación de ser paciente, también yo te guardaré de la hora de la prueba…”. Dios nos llama a la constancia, a la fidelidad, a la paciencia, y en definitiva a la perseverancia.

4. Dios tiene una recompensa
¡El Señor viene pronto! Y viene con su galardón, trae una recompensa eterna. Jesucristo nos llama a mantener con firmeza lo que tenemos (Ap 2:25), para que nadie nos arrebate nuestra corona (Ap 2:10; 1 Co 9:25; 2 Tm 4:6-8; Stg 1:12). Retengamos entonces, nuestra corona y no permitamos que nadie nos la quite.
Pbro. Emmanuel Flores-Rojas.